Te miro en la cama y pienso en el día que no compartamos los
mismos sueños, y así embebecida de futuro solo pienso en el tiempo, ni vos ni
yo sabemos cuántos minutos buscarán tus ojos mi mirada, mi boca tu aliento. Y me
desespero, me desespera no saber los segundos en cuenta regresiva y odio, odio estar
pensando y estar perdiendo segundos a tu lado imaginando un final que no asoma
ni la punta del hocico. En un violento abrazo te acerco en mi egoísmo de retenerte
en un presente para siempre, me siento una ilusa que malgasta esos segundos que
cree tan importantes y así me entristezco delirando con segundos, días y tiempo.
Y dejo de contar para atrás porque uno no puede andar perdiendo el tiempo
pensando en el tiempo. La ansiedad, estúpido delirio donde uno se desangra con
noches frías inexistentes ¿Qué se gana sufriendo por la incertidumbre? ¿Por qué
se sufre no saber? ¿No es al revés? Tantas cosas que ignoramos y filtro
tristeza en la certeza de que nos amamos, qué estúpida me digo y te prometo no
perder más tiempo en esto.
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