Preguntas si me duele, en tus ojos un brillo sincero. Me
gustan tus uñas desgarrándome y marcándome la piel, tu cadera golpeando la mía
en un esfuerzo de llegar más adentro, mi sexo mojándome los muslos hasta la
rodilla y un “me encantas”. Tus manos tirando de mi pelo,
golpeando mi cuerpo , apretándome el cuello. Y tus ojos ahora con un brillo de
sexual violencia. Arrástrame al límite, me duele y sabes
que en mi masoquismo no hay palabra clave. Espiral viciosa y profunda, con tu
fuerza hermosa te abrís paso en mi garganta llenándola hasta la arcada y un
poco más, te metes entre mis piernas con dureza y en un vaivén de gemidos
sufridos te siento terminar dentro mío.
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